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Capítulo 4. Las ilusiones del ego.

Sección III. Amor sin conflicto.

 

 

La experiencia de Tener y Ser en el Espíritu no están separados, en una vivencia corporal sabemos que no es lo mismo, así que Tienes y Eres el Reino de Dios en ti pues tú eres Su única creación y por ser co-creador con Él, tus creaciones amorosas continúan a pesar del ego.

Tú cuentas con una guía que de no haberla negado te ayudaría a reconocer lo falso de lo verdadero, como estás en negación tienes la guía del Espíritu Santo y de Jesús.  El ego considera al Espíritu su enemigo porque su existencia depende de que tú niegues tu divinidad y creas que el ego es real.

Crees en el ego porque tú lo creaste y aunque proyectas en él (las personas, tu historia, en ti mismo) tu culpa por haber decidido separarte del Padre también lo aprecias por ser tú quien lo creó.  Debido a estos afectos encontrados crees que a Dios le pasa lo mismo, es decir proyectas en Él tu culpabilidad y es por eso que no crees que Dios te ame sin ambivalencia alguna.  Obvio Dios te ama incondicionalmente porque eres perfecto, amoroso y luminoso, tal como Él te creó.

Pídele a Dios que te recuerde el Amor que hay entre ambos, pero pídeselo de verdad y Él no se negará pues esa es la voluntad de ambos.  Se lo pedirás con el corazón justo cuando decidas renunciar a todos tus pensamientos de miedo puesto es la condición para que estés listo y tu mente sane.  Tu sensación de protección para tu mente recta hará que te sientas comprometido con cuidar tu enfoque y atención en aquellos pensamientos que sean amorosos y entregar los que no lo sean. 

Experimentarás a Dios tan fielmente que ¿Cómo no lo elegiriás de nuevo?

 

 

Por Caanly Hernández Galán

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